UNIVERSO ANIMAL Y VEGETAL

Gerardo Báguena

Tras el vuelo del quebrantahuesos

Gerardo Báguena, director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, en los Picos, donde trabaja para la recuperación de la especie :: Juan García Llaca

ANA MORIYÓN

De niño grababa con su magnetofón el audio de los programas de Félix Rodríguez de la Fuente para poder escuchar sus relatos una y otra vez y, mientras sus compañeros del colegio jugaban al fútbol, él se quedaba embelesado observando y estudiando la conducta de los pájaros. Fue entonces cuando descubrió las peculiaridades del quebrantahuesos, la única ave del mundo que se alimenta casi exclusivamente de huesos, que construye su nido con lana de oveja, se baña en barro y que cría en invierno cuando el resto huyen del frío. «Su pauta de conducta me pareció un reto a la vida y su relación con la alta montaña me embaucó», admite.

Gerardo Báguena tuvo claro entonces que quería dedicar toda su vida a la conservación de la naturaleza y al estudio de esta ave. Una profesión que en los años noventa generaba más sombras que luces, pero a la que sus padres no pudieron negarse. «Mi obsesión era tal que aquello era inevitable», recuerda.

 

Años más tarde, después de hacerse un hueco profesional en aquel entonces desconocido mundo ofreciendo conferencias y colaborando con el Gobierno de Aragón en la elaboración de varios catálogos faunísticos de aves, Báguena se embarcó en un ambicioso proyecto con varios amigos. Empeñó su bien más valioso y también el más preciado, un prismático marca Leika 8×33, para constituir, en 1995, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, con sede en Zaragoza.

Hoy conserva con cariño aquellos primeros prismáticos de su colección, ha sido testigo de cómo se han multiplicado por cuatro las parejas reproductoras que hay en los Pirineos y, su principal motivo de orgullo, es el responsable del proyecto de recuperación de la especie en los Picos de Europa tras su extinción hace medio siglo.

Natural de París y criado en Zaragoza, acabó residiendo en Asturias –vive desde hace catorce años en Pría de Llanes– siguiendo precisamente el vuelo del quebrantahuesos. «Sabía que volaban desde Pirineos a los Picos así que un buen día, a finales de los años noventa, me cogí el coche y me planté en Camarmeña». Pronto comprendió, relata, por qué aquella ave tenía nostalgia de este territorio y quería volver a sus montañas, en las que llevaba décadas desaparecida. Luego, en una de las pocas tiendas de souvenir que por aquel entonces había en Caín, se encontró con una camiseta con la imagen de un quebrantahuesos que hoy cuelga de una percha en su despacho a modo de cuadro. «Ni siquiera el vendedor me supo decir por qué la tenía, pero solo le quedaba aquella.Fue una señal».

 

Dónde nació

En París en 1969, luego vivió en Zaragoza y los Pirineos. Actualmente vive en Llanes (Asturias)

A qué se dedica

A la recuperación del quebrantahuesos

Los Picos en una frase

«La primera vez que visité el parque comprendí por qué el quebrantahuesos tenía nostalgia de los Picos»

En 2003 se trasladó a vivir a Asturias con un único reto: recuperar la especie en los Picos. Y en eso está. Desde 2011 se han liberado 17 quebrantahuesos procedentes de Aragón –aunque tres murieron– y este año está previsto soltar otros siete. ‘Deva’, el ejemplar reintroducido de mayor edad, aun no ha alcanzado los nueve años con los que, de media, esta especie empieza a criar, pero lleva dos flirteando con ‘Casanova’, un quebrantahuesos llegado por su propia voluntad desde Pirineos.

Todos los ojos están puestos en la pareja y en la posibilidad de que nazca un polluelo en los Picos. Sería un éxito profesional para Báguena, aunque para él esto no es un trabajo.Es mucho más. Es su pasión.